lunes, abril 30, 2007

A ver qué pasa

Me pide Leo que escriba un post sobre una noticia que le di vía e mail. La verdad es que no es para tanto, pero me hizo mucha ilusión en su momento.
El caso es que el viernes pasado tuve que ir a la universidad a fotocopiarme unos apuntes de historia y mientras esperaba a mis amigas vi un cartel en el pasillo que anunciaba una prueba para unas prácticas en Antena3 para el miércoles siguiente, o sea, el miércoles pasado. Les dije que nos fuéramos a Madrid a ver qué pasaba, pero todas me dijeron que no porque el jueves había un examen de historia (oh, un parcial que vale un 15%, estás que me voy a perder un viaje por eso).
Me fui corriendo y eché uno de mis penosos currículums sin foto, y me dijeron que habría que hacer una selección de gente que iría a la prueba porque se habían presentado un montón, y que atrasarían la fecha.
Nada más llegar a mi casa avisé a mi amiga Ludovica, mi mejor opción para esa aventura. Habría estado súper bien que nos cogieran a las dos y nos pasáramos el verano en Madrid.
Pero no hubo suerte. Este viernes me llamaron de la universidad mientras compraba el pan, así que se perdió la llamada. Al volver, suena el teléfono y me dicen: -¡Menos mal que estás! Ya me estaba diciendo: si no está, la mato.
-Comorrrrr?(pienso yo).
-Ah mira, que te llamo del SOIL, que has sido seleccionada para ir a hacer la prueba a Madrid. Pásate el lunes a recoger la documentación.
-Oh! gracias! qué emoción más grande!! (bueno, en realidad no dije eso).
Y entonces, como es costumbre en mi familia, cogí el teléfono y me dispuse a hacer unas cuantas llamaditas, nada, lo normal: mi madre, mi padre y mi tía Loli, y luego una más a Ludovica, que se estaba echando la siesta del borrego. Luego un mensaje a Raquel, un e mail a Leo, y ya por la tarde una llamadita a mi abuela y a otra tía.
Luego Ludovica me dijo que ella no estaba seleccionada, lo que me jodió bastente, la verdad, así que nos tuvimos que ir a comprarnos una camiseta de 3'90, pero no encontramos nada chulo, así que nos vimos obligadas a tomarnos unos helados gigantes con mucho chocolate, y nada, ya está, esa es la historia.

martes, abril 24, 2007

Galería de "arte" IX

Tengo un examen de historia pasado mañana, así que debería estar estudiando. Como me pasa siempre que tengo que estudiar y no me apetece en absoluto, me pongo a hacer cualquier cosa improductiva. Total, que estaba mirando unas fotos y de pronto me he acordado de este cuadro, así que he corrido a la habitación y lo he buscado en una carpeta de dibujos viejos.

Si no he perdido la cuenta, aquí les dejo la novena entrega de la galería de "arte".



Están ustedes viendo el patio de mi cole en los primeros días de la primavera de 2001. La profe de plástica nos pidió que pintáramos las palmeras de delante de la puerta en estilo impresionista. Yo por aquel entonces entendía que un cuadro impresionista era un cuadro que se veía mejor de lejos, y que de cerca parecía hecho a base de manchas de colores. A decir verdad, es más o menos como definiría el impresionismo hoy, seis años más tarde.
Los 14 que teníamos plástica estábamos sentados en el suelo, sobre las líneas de salida de la pista de atletismo pintando las palmeras, y va la profesora y me dice que las palmeras no salen en el cuadro. Tal y como yo estaba sentada no veía las palmeras, sino su sombra, y decidí pintar las cosas como las estaba viendo, aunque eso a ella no le pareció muy bien. Como de costumbre, me dejó seguir pintando mis "troncos de palmera", porque siempre me tomaba como la palomica suelta de la clase (con cariño, claro).
El macetero de las palmeras es en realidad un banco, y mis amigas y yo siempre nos sentábamos en la parte de detrás, enfrente de la puerta. ¡Vaya recuerdos!
Creo que en realidad pinté el banco porque era importante para mí, especialmente en ese último curso en el colegio.
Ahí al ladito del cubo de basura, miramos cuántas cabíamos en el abrigo enoooooorme que me había comprado mi madre ese invierno pensando en que todavía iba a crecer más. Cabíamos tres bajo el abrigo abierto, y dos dentro del abrigo cerrado con cremallera.
También ahí nos peleamos cientos de veces, nos tiramos globos de agua, saltamos a la comba, al elástico, nos pegamos con las de la clase de mi hermana, también entre nosotras...
En marzo de 2001, el suelo quemaba, y nos pusimos la primera manga corta de la temporada (¡qué calor que hacía!). Olía súper bien porque los naranjos estaban cuajados de azahar.Mmmmm.

miércoles, abril 18, 2007

Ya sé lo que te pasa

¿Tienes migrañas, jaquecas, insomnio, pesadillas cuando consigues dormirte, has perdido peso, y hay días que sólo te apetece gritar?
Pues seguramente haya un TFC en tu vida.
Antes de nada, tengo que advertir que lo que diga aquí no se refiere a nadie en concreto, que no tiene nada que ver con mi tutor, ni mi grupo, ni mi tema, ni mi TFC, ni nada de nada, y que no debería utilizarse en mi contra;muchos opinamos lo mismo y estamos en profundo desacuerdo con esto.
EL TFC. ¿Qué es el TFC? Pues en teoría es el Trabajo de Fin de Carrera, algo que hay que hacer para completar la licenciatura. En la práctica, es mi amargamiento de este año, mi quebradero de cabeza, mi desesperación.
Es una verdadera lástima, porque os aseguro que hay muy pocas, poquísimas personas, que tuvieran más gana que yo de hacer el TFC. Pero las ganas se me fueron, y con razón.
Una de las cosas que menos me gustan de mi universidad es que es demasiado joven. Esto por una parte trae consigo muchísimas ventajas, pero tiene a su vez infinitos inconvenientes. Uno de ellos es que tienes durante todo el tiempo la sensación de ser un conejillo de indias, y eso es algo que a mí no me gusta. Todo suena a probatura, el TFC, una de ellas.
Resulta que desde hace unos pocos años el TFC, que toda la vida de dios ha sido individual, se hace por grupos. ERROR.
Tú llegas el primer día de 4º y es como cuando estás en primaria y te hueles que ese día toca "vacuna", o cuando tienes que ir al dentista a que te saquen algo por primera vez. Sabes que hay un peligro cerca y que te va a doler,todo el mundo te cuenta pero nadie te explica... pues así, pero con un trabajo. Entonces todo ocurre muy deprisa. Empiezan a circular toda clase de rumores y leyendas "aulianas" que hablan de un trabajo de 150 páginas mínimo, de un tribunal de 6 profesores, de que te tienes que leer 50 libros en un mes, de que ya tenías que tener el grupo hecho y pensado el tema...Todo esto luego es mentira pero claro, llega la primera reunión con los tutores, y el pánico y el sudor frío se apoderan de ti.
El caso es que nadie te explica exactamente lo que es un TFC, tienes que averiguarlo tú. Entonces tú llegas con tu grupo ante el profesor, y te dice que hay que elegir un tema. ¿Pero un tema para hacer QUÉ? Tardamos al menos dos meses en sacar en claro que:
-Eliges un tema que te guste.
-Te lees toda la bibliografía al respecto.
-Te planteas una hipótesis sobre ese tema.
-Haces una investigación para comprobar si acertaste con la hipótesis.
-Lo redactas todo y se lo enseñas al tutor.
-Si está mal, suspendes. Si está medio bien, vas ante un tribunal de 3 profesores y expones tu tema y tus conclusiones, hablando los 5 del grupo, en 20 minutos. Ellos te preguntan cosas sobre él, muy probablemente sobre lo que tengas peor.
-Si no te desmayas, apruebas con nota; si se te va la pinza, apruebas también, pero con menos.
A finales de año leí a Noelle-Neuman. Esta señora utilizaba varias veces referencias de tesinas de licenciatura de personas que se han convertido en gente importante, en expertos, en gente que aparece en mis apuntes. Entonces comprendí lo que realmente debía significar el TFC, y que el mío nunca llegaría a nada después de junio. No era un mero trámite para terminar la carrera, debía de ser algo más, había que aspirar a más, tenía que ser relevante.
Pero eso es imposible cuando haces un trabajo entre 5 personas. Para hacer un trabajo bien tiene que apasionarte el tema y tienes que tener un interés sobrehumano en descubrir algo, para lo cual haces una investigación lo más rigurosa posible, lees día y noche, te pateas bibliotecas y librerías, lees artículos en inglés si hace falta ("¿pero cómo voy a leer yo un artículo en inglés?")... Pero esto es imposible entre 5 personas.
Está bien que nos enseñen a trabajar en grupo pero este no es el momento de hacerlo. Todo el grupo no trabaja igual, ni dispone del mismo tiempo para hacerlo, ni los mismos medios, ni ganas, ni interés, y además surgen todo tipo de fenómenos paranormales como por ejemplo, que exista competencia dentro de un mismo grupo.
Luego te piden que el trabajo esté unificado, sea continuo y todo tenga relación entre sí, y que se ajuste a unas normas bibliográficas, metodológicas... Cuando tú eres un profesional, no un estudiante mindundi de 4º que sólo tienes ganas de terminar para poder irte lo más lejos posible, sí se puede hacer porque todos los del grupo tienen interés en hacer un trabajo bueno, útil, y académico.Pero los estudiantes mindundis sólo quieren que se lo aprueben, y lo hacen todo para salir del paso. En un TFC en grupo no se pone lo que está bien, sino lo que dice la mayoría.
Una vez que el TFC deja de ser algo riguroso y con tintes académicos se convierte en un trabajo de instituto. Pero no un trabajo de instituto cualquiera, sino uno que te quita tiempo de otras asignaturas, y de cualquier cosa en general. Los alumnos se justifican diciendo que prefieren suspender todas las asignaturas que haga falta con tal de aprobar el puñetero TFC. Por una parte es lógico si te viene mal quedar en verano con tu grupo pero, francamente, yo no quiero suspenderlo todo para aprobar con un 5 un trabajo que va a ir a la basura antes de terminar el año. Es como la selectividad en 2º de bachiller: todo el mundo pasa el curso histérico pensando en esos exámenes, olvidando que para poder presentarse tienen que aprobar todas las asignaturas del curso.
Podría seguir así infinitamente, pero me estoy ganando a pulso fama de quejarme demasiado, y eso es algo que no me gusta, así que corto y cambio.
Pdt.: Después de media hora intentándolo, no me deja poner separación entre párrafos, así que perdón por el "tochaco". Quien haya llegado al final que me lo diga, que tiene premio.

viernes, abril 13, 2007

Vacaciones en Roma Cap.6

Capítulo 6. Souvenirs.

Durante los días que estuve en Roma vi varias veces un libro que llevo buscando un montón de tiempo. Por desgracia, y también lógicamente, siempre estaba en italiano, así que no lo compré.

El penúltimo día, ese que bautizamos como "día de compras", iba buscando souvenirs que no llevaran escrito el nombre de la ciudad, que son los que más me gustan. Entonces vi algo en un escaparate que me llamó muchísimo la atención. Me pareció un regalo precioso para mi padre y entré decidida a comprarlo. Se trataba de un juego de escritura, con papel de escribir, un par de plumas, tinta, y algo de lacre.

Entonces lo vi. Lo vi y me quedé prendada al momento. Allí, en un expositor, se encontraba mi regalo para mí. Había un montón, de distintos colores y tamaños y allí, entre ellos, estaba mi libro en blanco.

Ya he comentado otras veces que hay pocas cosas materiales que me gusten más que un libro. Su forma, su tacto, sus páginas, el olor de las hojas... Luego ya está lo de dentro, que indudablemente es esencial, pero un libro para mí es un objeto precioso aunque sea, como éste, un libro en blanco.

Un libro en blanco ofrece tantas o incluso más posibilidades que uno escrito. Con un libro en blanco puedes jugar a ser escritora e inventarte tus propias historias, con aventuras y personajes fantásticos... o también puedes escribir simplemente todo lo que se te ocurra.

Después de un rato, al fin elegí uno y fui a buscar las plumas. Cuando las tuve en la mano comprendí que eso realmente me gustaba a mí, pero a mi padre... así que salí de la tienda con un paquete de regalo que contenía un pequeño libro de piel de dragón con piedras preciosas.

miércoles, abril 11, 2007

Vacaciones en Roma Cap.5


Capítulo 5.La Fontana di Trevi sí que está al volver de una esquina.


Toda mi vida había pensado que la Fontana estaba en una plaza enoooooooorme, soleada, llena de palomas y heladerías, no sé por qué. Debe de ser otra de las imágenes esas que se crean en mi cabeza y que al final termino creyéndome. Ésta en particular, tal vez vino de la mano de la peli de William Wyler.


Total, que antes de irme, mi madre y mi tía se encargaron de "bajarme de la burra" y me dijeron que era una plaza muy pequeña y que me iba a desilusionar. Hay veces que la gente me cuenta cosas y me entran por un oído y me salen por otro. No es culpa mía, de verdad, no lo hago aposta, es algo que me pasa desde siempre: mi cabeza selecciona lo que quiero oír. Lo que quiero decir con esto es que no me importó en absoluto, no que no les hiciera caso, ¿qué más daba que la plaza fuera pequeña?


La primera vez que pisé terrenos de Trevi tenía el corazón allá por la punta de la lengua por culpa del puñetero taxista temerario, y lo primero que iba a hacer era besar el suelo bajo mis pies, pero por suerte el peso y el volumen de las maletas no me lo permitieron. Digo por suerte, porque si se me hubiera ocurrido agacharme, podría haber muerto aplastada por las cientos y cientos de personas que se apretujaban a la vuelta de la esquina. Esto sí que era una esquina.


El tamaño de la plaza no me importó lo más mínimo, tal y como había sospechado, pero casi no podía ver la fuente, de toda la gente que había, y eso sí que me fastidió bastante, porque no sabía cuántas oportunidades iba a tener de volver.


Dice la tradición que tienes que echar una moneda al agua para asegurarte volver a Roma en el futuro; después de 10 minutos luchando con la maleta y con la gente, después del clave del taxi y sin tener idea de llegar al hotel, de lo último que tenía ganas era de volver, así que preferí dejar las moneditas donde estaban.


Como después de todo las cosas no son nunca tan horribles como parecen, dos días más tarde regresé y había como la mitad de gente. Gente, que no me impidió perderme entre ella para poder disfrutar de más rato de la maravilla que tenía ante mis ojos, porque necesitaba soledad aunque fueran dos minutos. Esta vez caían unas gotillas de lluvia y todavía tenía la manga del jersey mojada de un par de horas antes, así que tenía frío... pero eso no me importaba NADA.


Al rato me encontró Silvia:-¿Dónde te habías metido?

-Nada, aquí, que unos turistas querían que les hiciese una foto.

-Vámonos, ¿has tirado tu moneda ya?

La tiré y le pedí que me echara una foto, de recuerdo de cuando me enamoré de la Fontana di Trevi.

Cuando nos íbamos me volvió a preguntar por la moneda.

-Sí, una de 20 céntimos.

-¿Tanto?

-Sí, es que apuesto fuerte por la próxima vez :P

domingo, abril 08, 2007

Vacaciones en Roma Cap.4

Capítulo 4: El Panteón de Agripa está a la vuelta de la esquina.
Hace unos minutos las campanas de toda la ciudad se han puesto a tocar. Me encanta cuando esto pasa, y no sé por qué, este sonido me llena de optimismo.


De ninguna manera me gustaría que pareciera que el viaje me disgustó lo más mínimo; lo que pasa es que me quejo demasiado por todo. Además, sería difícil vivir más aventuras en tan pocos días, y en el fondo, eso es lo que me gusta.
No tengo muchas fotos buenas, pero algunas merecen la pena, así que las utilizaré en mis extrañas crónicas de las vacaciones en Roma.


Éste es el Panteón de Agripa. Yo lo conocía porque en Historia del Arte nos pusieron una diapositiva y me tuve que aprender algunas cosas. Pero no esperaba verlo a la vuelta de una esquina, y mucho menos, enfrente de un McDonald's. Si los antiguos romanos levantaran la cabeza...

Tomé esta foto el 25 de marzo a eso de las 5 y media, poco después de llegar a Roma, justo cuando íbamos a comer.

(Unos minutos después...)Estaba mirando algo de historia en un libro, pero es demasiado tarde y veo pocas cosas interesantes, así que voy a pasar de escribir datos históricos. Me han contado que tiene un agujero en la cúpula que es un círculo perfecto, por el que entra la luz, y que el suelo está perforado, aunque apenas se nota, para que se filtre el agua de la lluvia .

jueves, abril 05, 2007

Vacaciones en Roma Cap.3

Capítulo 3: Vete y encuéntrate cualquier cosa a la vuelta.
Alguien me odia.
No sé, me parece muy fuerte tener enemigos tan cabreados con sólo 21 años. Cuando tenga 50, qué? Bueno, eso si llego, porque mis enemigos han empezado a atentar contra mi vida.
Que no, que no exagero, en serio. Esperaron sigilosos hasta que me marché del país, y entonces se fueron hasta mi pobre coche y clavaron una navaja tres veces en una de sus ruedas. Con lo que no contaban era con que mi padre lo iba a coger antes de que yo volviera para pasarle la revisión. El coche se iba, se iba, se iba... y la rueda explotó.
El caso es que a mi padre no le pasó nada porque todavía no había salido a la autovía y no iba muy deprisa. Además, conduce desde hace más de 25 años y sabe controlar el coche. Ahora bien, yo hace cuatro días que me he quitado la L, y reconozco que a veces hasta me cuesta trabajo aparcar, así que... podría haberme matado!! Y no sólo a mí, sino a toda la gente de alrededor!!
A qué clase de mente enferma se le ha podido ocurrir semejante cosa?? Pero además, por qué?
Vale que a veces sea difícil de tratar, y que la boca me pierde muchas veces, y que no soy lo que se dice una buenísima persona pero... de verdad que (creo) que no le he hecho nada a nadie para que quiera matarme!
Dice mi madre que lo habrán hecho por ella, algo que sería mucho más comprensible (se entiende que en su caso ella tampoco se habría matado, que sólo habría tenido que cambiar una rueda), pero yo meto y saco el coche todos los días del garaje (porque esa es otra: ha sido dentro del garaje!!), y todo el vecindario sabe que el coche lo llevo yo siempre, es más, lleva una supernena!!!! ¿Alguien se imagina a una señora de 43 años con una supernena,un Coco y un Epi en el coche???? Vamos, que se nota que el coche lo llevo yo casi todo el tiempo.
Cuando mi padre me llamó a Roma y me lo contó todavía no sabían si se había pinchado o qué, pero el mecánico confirmó lo de las tres rajadas. Dicen que no le dé importancia, pero la verdad es que me trastoca un poco pensar que hay alguien por ahí que simplemente va a hacer daño, sin importarle las consecuencias que puedan tener sus gamberradas. Es alguien que ha salido de su casa con algo que pincha, que ha esperado a poder colarse en el garaje (me cuesta pensar que haya sido alguien de dentro), que se ha liado a tajadas con una rueda bastante gorda y luego ha salido como si nada, tan tranquilo.
¿Qué habré hecho ahora?

lunes, abril 02, 2007

Vacaciones en Roma Cap.2


Capítulo 2: Qué hacer cuando una quiere ver museos y otra quiere ver tiendas.

Esta es una de las cosas que más quebraderos de cabeza me causó durante mis andanzas por tierras extranjeras. Yo estaba totalmente alucinada ante todas las cosas que veía, muchas de las cuales conocía porque me entraron para selectividad en Historia del Arte.

Fui a ver la Boca de la Verdad, estuve por el Foro, entré en la Basílica de San Pedro y en el Museo del Vaticano y, por supuesto, eché una monedita en la Fontana di Trevi.

Pero en cambio, y por ser dos en vez de una, no pude entrar en el Palatino (3'50), subir a la cúpula de la Basílica (4), entrar al museo de la Basílica (3'50), ir a las catacumbas, montar en el "guiribús" (11 todo el día), ir a una exposición de las máquinas de da Vinci (ni siquiera se pudo preguntar), ni en el museo capitolino, ni en el que había en la Piazza Minerva, ni ver el Ara Pacis, ni entrar en el Panteón, ni en el Coliseo... y todo esto me fastidió bastante, porque me habría gasta do todo ese dinero y habría hecho esas colas muy a gusto.

El momento más "tenso" llegó cuando buscaba desesperadamente la Piedad por la Basílica de San Pedro y no la encontraba por ningún sitio. Entonces fue cuando vimos que había un museo y, al ver el precio, mi amiga se negó a entrar. En ese momento, sospechando que la escultura podía estar ahí dentro, canalicé toda mi ira y juré venganza (pero en silencio, claro, no se la podía jurar en alto porque es mi amiga). Menos mal que al final, ya cuando salíamos, la vi.

Allí estaba, preciosa, espectacular. Era lo más bonito que había visto en mi vida, o al menos eso me parecía en ese momento. Me disponía a buscar un sitio cómodo entre la gente para poder verla desde todos los ángulos y...
-Venga, vámonos ya, ya la has visto.

Agghhhhhhhhgggggggg!!!!!!!!!!!!!!!!! Luego estuvimos una media hora en la calle sin hacer nada esperando a otras dos de mi clase.

Más tarde fuimos a ver la Trinidad del Monte, en la Plaza de España, y me empeñé en subir. Menos mal que insistí, porque me hubiera perdido una de las vistas más bonitas de todo el viaje. Lo malo es que teníamos prisa por bajar, porque Dior estaba justo enfrente...