Si ya lo dijo Karina: después de un día triste nace otro mejoooooorrrrr. Jejeje.
Llevo un par de días inmersa en un artículo súper interesante que supone un pasito más en mi tesina; ya se sabe: hay veces que se avanza muchísimo más en un día que en una semana.
Hay momentos en los que lees, lees y lees, y todo son nombres nuevos que tienes que memorizar, obras que no te suenan de nada, conceptos desconocidos... luego va y se te ocurre una cosa y crees que has descubierto algo importante. Eres como Wally; viajando por lugares extraños y abarrotados, te sientes dueño de tu viaje y te crees que vas a conquistar el mundo.
Pero luego sigues leyendo, y ves que hace 50 años otro tío lo descubrió antes que tú y encima tuvo el valor de publicarlo y hacerse famoso. "Y mientras buscaba el (...) pergamino, se dio cuenta de que otros muchos Wally habían pasado por allí".
Sigues leyendo y ves que ese mismo tío descubrió algo que ya estaba descubierto otros 50 años antes, solo que él supo dotar a su descubrimiento de unas características que lo hacía novedoso. "Y por fin, Wally encontró el duodécimo pergamino y comprendió la verdad sobre sí mismo. Es decir, que él sólo era un Wally entre otros muchos".Y es en ese momento cuando, aunque a cualquier persona que se lo cuentes le parece una tontería, te dan ganas de saltar sobre el sofá porque ves que no es ninguna tontería, y que tiene su importancia, y que abre una ventanita en la habitación oscura y agobiante en la que estabas encerrada desde hacía semanas.
Luego haces un alto en tu camino y lees hacia otro lado, para averiguar cosas acerca de ese personaje que hace un siglo estaba pensando lo mismo que tú y, de pronto, salta una chispa en tu cerebro y te das cuenta de que hace años, dos y pico, ya reparaste en él mientras leías otro texto.
Y entonces te das cuenta que no pierdes el tiempo, de que al final algo se está quedando ahí, de que vas hacia algún lado, y que aunque otros hayan hecho un viaje parecido, tardes lo que tardes y te desvíes lo que te desvíes, el camino que sigues es tuyo, y al final llegarás. "También se percató de que los Wally suelen perder cosas, pues él mismo había perdido un zapato"*.
Y aunque seas un Wally entre un millón, tú serás diferente: a ti te faltará un zapato.
*¿Dónde está Wally? El viaje fantástico. Martin Handford