viernes, febrero 27, 2009

¿Te acuerdas?

Mi antiguo cole cumple 50 años y esta mañana han hecho una jornada de puertas abiertas, así que nos hemos reunido unos cuantos y hemos estado toda la mañana recorriendo aquellos pasillos por los que salimos pegando botes hace ocho años.
Creo que es importante no perder todo el contacto con la gente del colegio, porque son los que te conocían cuando eras pequeño. Es decir, que aunque en esencia somos la misma persona, de vez en cuando hay que prestarle algo de atención a lo que fuimos.
Así que esta mañana, nada más subir la escalera, se ha dicho aquello de “¿Os acordáis? Aquí es donde a Pilar se le salió la rodilla”. Nunca podré olvidar ese día. Y viendo las fotos del viejo tobogán: “José Antonio López López se tiró de cabeza y se hizo una brecha en la frente”.
Hablando con una de las profesoras, Paco le ha dicho que no tendrían queja de nuestra promoción, comparándola con los niños de ahora, a lo que ella le ha contestado que cada curso tiene lo suyo. Ahí he agachado la cabeza y le he dado la razón. ¡Qué podía hacer! La verdad es que mis últimos años en el cole me comporté como una delincuente en potencia. María se portaba mejor que yo ;-) pero mi amiga Ana se acuerda de todo. Además, como nos vemos menos, podemos repetir siempre las mismas anécdotas. Sólo hay que decirle:

-Ana, ¿te acuerdas aquella vez que Elena trajo un bote de sangre artificial a clase, y yo me distraje pintándome el brazo, y Mª Eugenia me hizo salir a la pizarra y casi le da algo cuando me vio?
-Ana, ¿te acuerdas cuando pinté una bombilla en la pizarra y cada vez que el de física y química pasaba por delante hacíamos como que sonaba un pito?
-Ana, ¿te acuerdas cuando mi examen de física y química se puso a dar botes?
-Mira Ana, nuestro banco. ¿Te acuerdas cuando llegué con el abrigo gigante que me compró mi madre y nos metimos tres dentro? ¿Y cuando le hicimos creer a Sandra que Mariló tenía un hijo?
-¿Y cuando nos castigaban y nos mandaban a la biblioteca a copiar?
-Y mira, aquí hacíamos cola cuando nos tocaba vacuna, y aquí nos cambiamos de ropa cuando hicimos el baile de Grease.

¿Y el uniforme? ¡Eso sí que es un trauma en condiciones! Uno ha confesado que no se ha vuelto a poner un suéter granate. Yo, ni suéter ni nada; nada granate. Es más, tampoco he podido volver a ponerme una camisa blanca; sólo me he puesto una y fue para la orla de la universidad.
Hemos empezado a organizar una cena para el viernes. A ver si hay suerte y podemos seguir repitiendo las mismas viejas historias.

lunes, febrero 23, 2009

Un regalo inesperado

Cuando tenía 13 años empecé a escribir un diario, como todo el mundo. Hoy, excepcionalmente, lo he sacado de su escondite, abierto su cerradura de seguridad, y copiado algunos fragmentos, tal cual los escribí hace nueve años, con sus errores y todo.La ocasión lo merecía.
23 de junio de 2000 viernes por la tarde

Querido diario:
(…) Hoy he dado vacaciones y solo quedan 3 horas y 50 minutos para ver a Vonda.
(…) A las 12:30 ya estaba en mi casa y le he dado de comer al perro. Porque tenemos perro ¿sabes? Desde el miércoles por la mañana, pero no nos lo vamos a quedar.
En fin, Mercedes me ha dicho que no voy a repetir, lo cual quiere decir, que he suspendido dos o menos.
Estoy deseando ir a ver a Vonda Shepard, (…) me llevaré un boli y el librito del compact, pero solo por si las moscas, si hay una situación clara y evidente de pedirle un autógrafo (…).
Fdo.: María


24 de junio de 2000 sábado por la mañana

Querido diario:
(…) el concierto fue fabuloso, fantástico, (…), precioso, maravilloso… (…).
Cantó superbien, mejor que en el CD, tocó la guitarra, el piano, los teclados y los cascabeles, estuvo todo el rato moviéndose y gastando bromas, hasta habló un poco en español.
(…)
Hizo como si se fuera 2 veces, pero volvía y cantaba más canciones. La gente ya estaba de pie y la última vez que salió Vonda, dijo que bajáramos al pie del escenario, así que pude estar a unos cuatro metros de ella. (…)
Me encantó y pienso repetir cuando vuelva.
Fdo.: María

Postdatas nueve años después:
Evidentemente, nos quedamos con aquella cosa marrón que no hacía otra cosa que dormir, comer, llorar y mearse en el cuarto de baño, y le pusimos Pepe de nombre. Aquel año las notas fueron bastante malas, pero sólo suspendí matemáticas así que, por lo menos, no repetí curso.
Hoy

Dicho y hecho. Vonda Shepard ha venido una o dos veces más a España, pero no a Murcia, así que me he tenido que quedar con las ganas hasta que el domingo pasado, de casualidad, vi que volvía a San Javier, nueve larguísimos años después. Y allí que fuimos el sábado mi padre, mi hermana, mi tía, mi prima y yo, a ver a Vonda Shepard. Mismo lugar, distinto escenario. Esta vez, al ser invierno, fue en una carpa al lado del auditorio descubierto. Tenía menos capacidad, pero igualmente se llenó. El “problema”: a Vonda Shepard le gusta la gente cerca, cantando y bailando a su ritmo, y allí pusieron unas mesas reservadas al pie del escenario donde había gente comiendo bocadillos y bebiendo cubatas y, detrás, en sillas, el resto del público, es decir, los que se habían comprado la entrada. Eso, unido a que empezó cantando temas del disco nuevo, que muy pocos conocían, hizo que a las tres o cuatro canciones tuviera que jurar que después cantaría algo de Ally McBeal, pero que por favor, hiciéramos por lo menos palmas.
Por suerte, la mitad de la parte de atrás tenía las mismas ganas que yo de estar sentada, así que pronto nos fuimos yendo al pie del escenario a bailar y cantar. Y el que no vea, ¡¡que se levante y venga a bailar también!!
Al terminar, la mayoría de gente se fue y nos quedamos como unas treinta personas a que nos firmara algún disco. De estas personas, la mayoría se lo había comprado en la mesa del merchandising, pero yo llevaba toooodos mis discos conmigo. Así que cuando llegué se los enseñé (eran 5) por si no quería firmarlos todos, pero se alegró un montón al verlos, y allí que nos quedamos gastando bromas con el de seguridad, mi padre, mi tía, mi prima… y cuando ya iba por el último, va mi tía y suelta en su particular inglés: es tu fan namber guan!!!!!!
Y va Vonda Shepard, termina de firmar el quinto libreto y me pregunta: ¿tienes el nuevo álbum? Y le digo: No, todavía no (todo esto en inglés, claro). Y va y le dice algo al oído a la chica del merchandising… y me regala el disco!!!!!!!!
¿Cómo te quedas?
"Tob niet; het komt toch anders".

viernes, febrero 20, 2009

Revolutionary Road


Hace varios días terminé este magnífico libro. Genial, maravilloso, estupendo, fantástico. Me ha encantado.

Vía Revolucionaria es realmente bueno. No es en absoluto noño, ni sensiblero ni nada parecido. Es como un jarro de agua fría mientras duermes. Te golpea y te hace pararte a pensar. Posmodernismo en estado puro.


La historia: un matrimonio de los años cincuenta que discute mucho; un día deciden irse a París y dejan de discutir; surge algo y no se pueden ir, y las cosas vuelven a ir mal; una mañana van genial y luego termina el libro.

Yendo un poco más allá, son dos personas que viven en los años cincuenta, y un día se enfrentan a una tremenda crisis de sentido. ¿Por qué son como son? ¿Por qué hacen lo que hacen? ¿Por qué narices tienen que vivir bajos los mismos convencionalismos que el resto de la gente? ¿Por qué tienen que estar condenados a una existencia "irremediablemente vacía"?

¿Por qué van a renunciar a sus sueños, sólo porque la gente, la sociedad, establezca que son poco realistas?


Y yo me pregunto: ¿qué es realista? ¿QUIÉN DECIDE lo que es realista y lo que no? A veces me gustaría echarme a esa persona a la cara.


Ayer estaba leyendo Donde el corazón te lleve, y había un personaje que decía que creía en la existencia de algo superior (Dios) pero: "No puedo seguir los ritos -- me decía--, jamás frecuentaré un sitio de culto, nunca podré creer en los dogmas, en las historias que han inventado otros hombres como yo". Este personaje habla de la religión pero, ¿no son los convencionalismos sociales una especie de religión? ¿Algo que se han inventado los que ya han pasado por aquí?


Pdt.: La película también está muy bien.

viernes, febrero 13, 2009

A cuestas con la tele

Después de unos días tremendamente ocupada, tengo que decir con gran pesar que este post tampoco irá sobre indios ni samis. ¡No soy capaz de sacar tiempo!
Todo empezó... ¿cuándo empezó? No me acuerdo. El martes puede ser. El caso es que se rompió la tele.
Durante los últimos meses estaba llevando a cabo una sutil campaña de persuasión en mi casa, intentando que cuando desconectaran la tele analógica en septiembre, no pusiéramos el aparato de TDT. Total, para lo que hay que ver... me basta con las series de los canales de ONO: llegan antes las temporadas, puedo ver los capítulos en inglés si quiero, empiezan más temprano y tengo más tiempo para leer en la cama, y los repiten muchas veces a diferentes horas por si me los pierdo. Así, para qué voy a ver Antena3, por ejemplo, que, cuando quedan unos pocos capítulos para terminar la serie deciden quitarla, y mezclan treinta episodios en cinco??
Pero como a pesar de todo tengo un punto realista, en lo más profundo de mi ser admitía que acabaríamos enganchados a la TDT.
Otra cosa que se avecinaba era el tener que cambiar de televisor, porque llevaba unos meses parpadeando un poco de vez en cuando. Y cuando las teles parpadean, llega un momento que se apagan y ya no se encienden más. Pues, aunque todos rezábamos para que tardara mucho en romperse y poder prepararnos para comprar una nueva, se rompió. Ahora recuerdo que fue el lunes por la noche. Bueno, el caso es que se rompió y tuvimos que estudiar mucho para poder comprar otra, porque ahora no es como antes, que te ibas al Pryca y te echabas una tele en el carro. Ahora te juegas muchísimo dinero en un montón de letras indescifrables como MHP, Full HD 1080p, HDMI, TFT-LCD y otras historias. De todas formas, se supone que es algo que haces con tiempo y meditas durante varios días. Pero claro, cuando la tele se rompe de un día para otro, es un verdadero marrón. Marrón que por supuesto, me tocó a mí, algo que tuve que compaginar con todo lo que tengo que estudiar, mi trabajo de las tardes y aguantar a mi hermana, que estaba aquí hasta ayer.
Pero finalmente, después de mucho estrés, muchos cálculos y mucho preguntar en todas las tiendas de Murcia, esta mañana nos van a traer una súper tele para poder ver mis películas como dios manda.
Nota para el que se quiera comprar una tele (ya que está hecho el trabajo, vamos a compratirlo):
¿TFT-LCD o plasma?
El plasma se ve mucho mejor cuando la tele está en la tienda. Pero por lo visto el líquido que lleva dentro se va quemando, y los colores pierden intensidad. El plasma tiene una vida de 33.000 horas y el LCD de 66.000. Si hacemos cuentas, con la tele encendida 24 horas al día, el plasma te duraría 3'7 años. Pero claro, ¿quién tiene la tele puesta 24 horas al día? Nadie. Hacemos la cuenta con 6, que también me parece un disparate, pero es la media. Entonces te salen 15 años. Pues qué quieres que te diga, nuestra tele no ha durando tanto tiempo y era de tubo. Pero el plasma es más caro. Total, que nos quedamos con LCD, que ahora son también TFT y, combinado con el Full HD por lo visto se ve igual de bien.
Full HD 1080p
Hay algunas teles que te las quieren colar con "ready HD". Esas no se compran. ¿Por qué? Porque se ven igual de mal. Eso es por si luego ponéis un reproductor HD, que es otra historia. De momento, con el dvd normal se ve igual. Así que hay que elegir Full HD 1080p.
HDMI
Suele venir acompañado de un número (4HDMI, 3HDMI). Entre número y número te cuelan por lo menos 100 euros. ¿Qué es? Es como el euroconector de toda la vida, pero digital. ¿Para qué lo quiero ahora? para nada. ¿Necesito uno? Sí, pero con dos vas sobrado. Sí, pero ¿para qué sirve? Sirve porque el día de mañana habrá que comprar otro DVD y lo compraréis de alta definición (HD). Hay que cuidar el dvd al máximo porque ahora es un momento malísimo para que se rompa. Porque, qué compras, ¿un DH-DVD o un Blue Ray? Pues no se sabe, porque en cualquier momento uno de los dos formatos se hunde y ahí te quedas, con tus películas, que no sirven para nada. En cualquier caso, haría falta un HDMI para el dvd, otro para la consola (play 3, por ejemplo), y ya está.
Pulgadas
Las pulgadas miden el diagonal de la pantalla, y una pulgada es igual a unos 2cm. Así que 42" es más de un metro de tv. Cuanto más grande sea la pantalla, más lejos hay que estar para que se vea bien así que, además de que quepa en el mueble, hay que tener un salón muy grande. ¿Por qué 42"? Porque hay determinadas marcas que no fabrican teles de 100 HZ de menos pulgadas. "Pero si yo quería 37"... " Te aguantas. Las de 37" sólo tienen 50 HZ.
100HZ
En las de tubo casi no se nota, pero en las televisiones planas, cuando pasan letras o la gente se mueve mucho, se ve el rastro. Con 100, en teoría, esto se reduce.
¿Qué marca elijo?
Eso ya va en gustos. Te recomiendan unas, pero tú quieres otras, compras otras diferentes y luego unos te dicen que has hecho muy bien y otros te cuentan que las que ellos prefieren son mejores. Además, haced algo vosotros!!

lunes, febrero 02, 2009

Terremoto

Ya sé que se supone que iba a escribir sobre indios, pero la tele me ha recordado esta mañana una cosa. Hoy hace diez años de mi primer gran terremoto. Naturalmente, la noticia no la daban así, sino que hacían más referencia a la destrucción que sufrieron en Mula.

Lo recuerdo como si fuera ayer:

Tres menos cuarto de la tarde. Mi madre trabajando, y mi padre paseando a Ramón (el perro que teníamos antes). Mi hermana y yo estábamos solas en la casa, esperando a que dieran las tres para irnos al colegio. Las dos en el sofá, viendo Cosas de casa. Para ser más exactos, era el capítulo titulado "Todos a Disneyworld" 2ª parte, justo el momento en el que Stephan (el alter ego de Steve Urkel) le pedía a Laura que se casara con ella, mientras estaban los dos en la carroza de Cenicienta.

De pronto, una muñeca de porcelana que teníamos al lado de la tele empezó a dar botes por el suelo, y el gran guaserí crujía como si se nos fuera a caer encima. Y entonces el verdadero ruido empezó. No recuerdo haber escuchado un ruido tan terrible en toda mi vida. Como yo había visto muchas películas de catástrofes, y además era la mayor y por lo tanto, la responsable de la casa, empujé a mi hermana hasta el marco de una puerta y me fui corriendo al sitio más seguro de la casa: debajo de mi escritorio. Entonces ella, que seguía llorando en el pasillo, se vino a la habitación y tuve que salir a intentar dejarla otra vez en su sitio, y luego trató de llegar antes que yo al escritorio, pero luego se acordó de que le daba miedo estar allí debajo, y conseguí volver a meterme.

Para cuando paró yo estaba mareada perdida pero no paraba de repetir lo chulo que había estado. Entonces llamamos a mi madre al trabajo pero los teléfonos estaban colapsados, y mi padre llegó:

-Papá, ¿qué ha sido eso?, ¿un terremoto?
-¿Qué? ¡Yo no he notado nada!
-¡!
-Con razón... el perro sí que hacía cosas raras...
Si no me equivoco, era jueves por la tarde. En cualquier caso, teníamos Lengua con Mª Carmen Mompeán, "la mompe", que dedicó la mitad del tiempo a hablar del terremoto. Nosotras, mis amigas y yo (y el resto de la clase), le dedicamos toda la tarde y varios días más. Incluso escribimos varias mini-crónicas de lo sucedido en un bloc de notas pequeñajo que me habían traído los Reyes en casa de mi tía y que ha estado 10 años apareciendo y desapareciendo, y justo ahora no lo encuentro :-( ¡Qué recuerdos!