Todavía no hace ni una semana de mi cumpleaños y ya parece que hubiera pasado una eternidad. Ha sido entrar en los 25 y empezar a ver puertas abiertas por todas partes. ¡Bien!
Estoy tratando de entrar en la UMU (si supero el "sencillo" paso de conseguir mi certificado académico en la UCAM), he empezado un proyecto de investigación con una amiga, estoy avanzando bastante en la documentación para la que espero sea mi primera novela, y me he apuntado al Inacua, donde puedo ir al gimnasio, sauna, jacuzzi (¡bendito jacuzzi!) y piscina cuando yo quiera. Y por si fuera poco, parece que mi negocio al fin se pone en marcha. Sí, presiento que éste será un buen año.
Además, hoy he empezado a cambiar la ropa del armario (lo que quiere decir que irremediablemente volverá el calor), y he aprovechado el caos de la habitación para hacer hueco a los libros nuevos y tirar algunas cosas viejas y papelotes que se han ido acumulando. ¡Y todavía me han sobrado tres horas y media para ver Lo que el viento se llevó! Qué gran película.
Y mañana... realmente, mañana será otro día.