
Llevo unos días dándole vueltas a la cabeza, pensando en el futuro.
Desde siempre, cuando las cosas me iban mal, me imaginaba qué estaría haciendo el año siguiente; por muy mal que vayan las cosas, lo normal es que un año después todo eso se haya quedado muy lejos. Hasta ahora me ha funcionado. Sin ir más lejos, esta tarde, a eso de las 7 y media hará justo un año que el mundo se me vino abajo. Hará justo un año que deseé que fuera hoy. Hoy aquella tarde no parece más que un mal sueño.
Pero hace unos días, durante la comida, hablaba con unas amigas sobre lo que estaremos haciendo el año que viene. Las dos lo tenían más o menos decidido, aunque por supuesto, nada seguro, porque realmente nadie sabe lo que va a ocurrir. Mi amiga Raquel tenía súper claro lo que estaría haciendo yo, en qué lugar estaría comiendo, e incluso quienes estarían comiendo conmigo.
Pero yo no lo sé. Es una sensación muy extraña. Es como si la Nada de La Historia Interminable avanzara a toda velocidad hacia mí. Tengo que pensar rápido o me tragará.
Los últimos años he tenido claro cuál era la meta final, pero no el camino para conseguirlo. Ahora tengo que elegir el camino, pero tengo auténtico pavor de enfrentarme a él. ¿Por qué todo el mundo lo ve más claro que yo?
Desde siempre, cuando las cosas me iban mal, me imaginaba qué estaría haciendo el año siguiente; por muy mal que vayan las cosas, lo normal es que un año después todo eso se haya quedado muy lejos. Hasta ahora me ha funcionado. Sin ir más lejos, esta tarde, a eso de las 7 y media hará justo un año que el mundo se me vino abajo. Hará justo un año que deseé que fuera hoy. Hoy aquella tarde no parece más que un mal sueño.
Pero hace unos días, durante la comida, hablaba con unas amigas sobre lo que estaremos haciendo el año que viene. Las dos lo tenían más o menos decidido, aunque por supuesto, nada seguro, porque realmente nadie sabe lo que va a ocurrir. Mi amiga Raquel tenía súper claro lo que estaría haciendo yo, en qué lugar estaría comiendo, e incluso quienes estarían comiendo conmigo.
Pero yo no lo sé. Es una sensación muy extraña. Es como si la Nada de La Historia Interminable avanzara a toda velocidad hacia mí. Tengo que pensar rápido o me tragará.
Los últimos años he tenido claro cuál era la meta final, pero no el camino para conseguirlo. Ahora tengo que elegir el camino, pero tengo auténtico pavor de enfrentarme a él. ¿Por qué todo el mundo lo ve más claro que yo?