lunes, octubre 01, 2007

Groupie de Alaska


Fangoria en cartel, no hacía falta más.

Entramos a trabajar poco antes de las 10 de la mañana y abandonamos la tele algo después de las 9 de la noche. El aire helado se nos colaba por la ropa de verano, no habíamos comido nada desde las 2, estábamos cansados, y nos esperaba un viaje de tres cuartos de hora por una carretera por la que yo no había conducido nunca.

Pero a cabezonería no nos gana nadie. Mira Yosua, le dije, hay luna de concierto. Una lunaza enoooorme salía por detrás del Puerto de la Cadena, anticipo de una noche genial.

Llegamos a Cartagena a las sobre las 10, hora a la que empezaba el concierto. Confiábamos ciegamente en que Fangoria saldría detrás de un tal Humano y de OBK, así que aprovechamos para meternos a cenar en el primer sitio con aseo que encontramos, un Telepizza tranquilito que, a los dos minutos, estaba abarrotado de adolescentes celebrando las fiestas de Cartagena y algún cumpleaños.

Las indicaciones para llegar al lugar del concierto eran sencillas: sigues esta avenida, haces la rotonda en la Plaza de España y todo pabajo pabajo hasta el puerto.

Seguimos la avenida y llegamos a la plaza, que estaba cortada por un desfile cutrecillo de Cartagineses y Romanos, así que dejamos el coche en un párking, pensando que habíamos tenido la idea más brillante de nuestra vida. Como de costumbre, ólvidé mirar el número de la plaza de aparcamiento.

Después de andar media hora larga por la orilla de todo lo que es la Cartagena naval, a oscuras y por paseos desiertos, vimos las luces del concierto. Lo que se escuchaba no era Alaska, menos mal. El caso es que el descampado del concierto estaba en alto. ¿Por dónde se sube?

Horas después, al terminar el concierto, vimos que había una escalera preciosa, nueva e iluminada, pero en ese momento nosotros subimos por una guarida de yonquis, oscura, húmeda y con demasiados restos humanos.

En el concierto encontramos a una compañera de clase (bueno, habíamos quedado con ella) y con su prima, una chica que sentía la extraña necesidad de conocer a TODO el mundo que había allí. De vez en cuando se perdía de vista, y aparecía con dos o tres personas: Yosua, Paloma y María, éste es nosequién. Y nosotros venga a dar besos a medio universo. Un chico y una chica de los que trajo, muy simpáticos ellos, trabajaban en ir a las fiestas que hacía Amstel, para ver si la gente se lo pasaba bien. Cuando salió Alaska al escenario, directamente alucinaban con nosotros.
Tengo que reconocer que somos unos fans de los que gritan con ganas, hacen las coreografías y se saben las letras. Vamos, de esos de los que te mueres de risa nada más verlos.

Para este concierto cometí la genialidad de no llevarme mis zapatos del Mago de Oz, porque presentía que el suelo sería de tierra (acerté!!!), así que no iba dando la nota, pero para el próximo, me pongo en primera fila con el tío de la peluca naranja, que es el mismo del concierto de este verano.

Por suerte mi amiga y su prima nos acercaron en coche hasta el aparcamiento, aunque íbamos bastante apretados los cuatro en un c2 con una silla de bebé. Eran las tres y algo cuando entramos al párking, y descubrimos que habíamos perdido el coche. Allí vimos a una panda de tíos súper raros, así que por tercera vezaquella noche, Yosua y yo temimos por nuestra integridad física. Juro que uno de ellos era como el Ken de la Barbie pero con un poco más de músculo y el pelo por los hombros; el mismo color de piel marrón antinatural, los mismos piratas blancos y la misma camiseta de tirantes amarilla que acostumbra a llevar el muñeco.

Diez minutos más tarde, encontramos el coche. Cuando cruzamos Alcantarilla para dejarle, pasamos frente a la casa de una compañera que no nos cae muy bien, y propuse tocarle un rato el timbre, pero cuando casi había convencido a Yosua nos dimos cuenta de que no sabíamos exactamente cuál era su casa y, ante la negativa de tocar los dos que teníamos en duda, lo dejé en su casa y me fui a la mía.
A las 4 y 30 caí rendida en la cama, a las 8 me despertó mi hermana a gritos para que le firmara un papel, y a las 10 estaba otra vez trabajando.
Es duro se groupie de Alaska, pero merece la pena.

9 comentarios:

Ludovica dijo...

Mira que no invitarme...:(jajaja

if dijo...

¿Es que tú no te aburres nunca?
Tu vida es de serie de televisión. Voy a dejar de ver Friends y me voy a abonar a "María y su mundo".

Bena dijo...

Mmm...yo soy de Alcantarilla...no sería mi timbre??...ejem...

Anónimo dijo...

"Seguimos la avenida y llegamos a la plaza, que estaba cortada por un desfile cutrecillo de Cartagineses y Romanos"

Jajaja! De cutre nada, ese desfile es bastante conocido en España y se llena hasta la bandera. Por lo visto la recreación histórica de los uniformes es muy buena :)

Vaya ideas tenéis con el Claxon jeje! Qué caras al día siguiente currando :S

Besos,
Luis Tolkien

amelche dijo...

No sabía que fueras tan fan de Alaska como para arriesgar tu vida que ni Indiana Jones por esos andurriales. Y, además, haciendo amigos en Cartagena (diciendo lo que pone entre comillas Luis) como si el ambiente no estuviera ya bastante caldeado... Ellos que se ponen la pegatina de CT (Cartagena) para no llevar matrícula Murcia... La diplomacia es lo tuyo. :-)

MeTis dijo...

menuda fan estas hecha¡ si te veo ahora con el pelo naranja juro no extrañarme.:-)

la adrenalina siemre a tope no?

María dijo...

Ludovica! como vuelvas a decir que no te invité...

If, hace algún tiempo sí que me aburría de vez en cuando, pero un día me di cuenta de que me estaba haciendo mayor y no podía permitirme ese lujo, así que...

Bena, tranquila, que no era tu timbre. Tú ya sabes de quién era :P

Luis, no no, ese desfile no era "El DEsfile", éste era un paseíto hasta algún lugar. En Murcia también los hacen, y suelen ser parecidos. El gran desfile lo hacen aquí el sábado de la semana de Moros y Cristianos, y casi todos los otros días hay desfiles más pequeños y sencillos.Aquí me gustan algo más porque los trajes son más bonitos; los cartaghineses iban vestidos como de vikingos.

Amelche, siempre me han dado igual todas esas absurdas disputas entre Cartagena y Murcia; además, yo de mayor quiero ser diplomática, embajadora de buena voluntad o algo así, para viajar por el mundo dando mis charlas. Pero lo que le he dicho a Luis: el desfile era lo que era, la fiesta gorda era donde el concierto.
Y sí, soy muy fan a las aventuras ya a Alaska.

Metis, el próximo con peluca, ya lo he dicho.

Anónimo dijo...

Sé de una que tiene que despertar aún más y que cuando lo haga revolucionará Murcia entera... hablo de Alaska claro :P

Besos,
Luis Tolkien ;)

xnem dijo...

Creo que habitualmente los lugares para cenar suelen tener aseo, otra cosa es que el aseo esté aseado.

“demasiados restos humanos”; no encontraron el lugar de la cena.

A ver a mi Alaska como que no, ni con los Pegamoides, ni con kaka de Luxe, eso si tengo el single de “Bailando” y lo pongo siempre en mis fiestas y güateques, es un “llenapistas”, Por otro lado Alaska me cae bien, una vez hablé un rato con ella, hizo una charla sobre una exposición fotográfica en la que había una foto mía, y no lo hizo nada mal, tiene tanto morro que puede con todo. Por otro lado Ernesto –mi amigo el periodista murcianico- que estuvo es este concierto –él va a todos y allí sabes que hay un chingo- me decía este verano en una playita de la Costa Brava, que Fangória es un mega grupo con un directo alucinante. Tal vez sea verdad nunca los he visto ni en video.
Que dura es la vida del periodista!