jueves, diciembre 18, 2008

De viaje a Madrid. Parte 1

A las 10 de la mañana del viernes mi primo y yo pisábamos tierras madrileñas. Yo ya había hecho muchas veces ese largo camino desde Aranjuez hasta Atocha, más de media hora en la que la mitad del tren, ya nervioso, se pone en pie y empieza a coger maletas, y al final acaba sudando la gota gorda sentado en el brazo de cualquier asiento y cargado de bultos durante los 25 minutos siguientes, mientras el tren avanza despacio, muy despacio, hasta la penúltima parada. Aun así, volví a cargar con todo.
Para mi primo era la primera vez, así que le conté lo primero que iba a pasar al saltar al andén: -Ginés, lo primero que se ve y se siente al llegar a Madrid es mucho frío, mucha oscuridad y gente corriendo de un lado para otro.
Y es que Atocha es eso.
Después de subir y bajar muchas escaleras cogimos el cercanías hasta Fuenlabrada, donde nos esperaba Ludovica. Fuimos a su casa, se la llenamos de enredos y nos volvimos a Atocha, desde donde echamos a andar hasta la Puerta del Sol, lugar al que no llegamos hasta después de la comida porque sentimos la necesidad de dar algunos rodeos.
Comimos en una argentina, estudiamos los pros y los contras de convertirnos a la Cienciología (decidimos dejarlo para otro día porque en ese momento los tres éramos carne de secta), vimos una tienda muy chula, volvimos a la argentina, tomamos un café en un irlandés... y llegamos a Sol, donde Ludovica siguió su rumbo vital y nosotros el nuestro.
Recuerdo la primera vez que aparecí frente a la Puerta del Sol, la luz que tenía y el rampazo de nervios que me recorrió, y por eso me costó tanto trabajo creer que a mi primo aquel edificio no le pareciera interesante, ni digno de fotografiar, ni nada de nada. Fue la primera vez que pensé en abandonarlo a su suerte. ¡Despreciar la Puerta del Sol ante mis propias narices!
Luego echamos a andar y llegamos al Metrópolis, que tampoco le hizo mucha ilusión, y a la Cibeles, y vimos de lejos la Puerta de Alcalá que le hizo soltar un "no me dice ná". Vimos a un reportero del CQC que no le pareció suficientemente famoso, y seguimos nuestro rumbo hasta el Prado. Como somos parados oficiales, la entrada era gratis y entramos más contentos. Aunque claro, ni el Prado puede competir con la tienda de objetos de arte toledano que hay enfrente, y que tuvimos que visitar varias veces esa tarde (sólo las espadas) a pesar de mis negativas, así que vimos todo el museo en poco más de media hora. En venganza, no fuimos al Reina Sofía a ver el Guernica (lo siento :-) ). También pasamos frente a la Bolsa, el Ritz y el Palace y todo eso. Aquella noche había una luna enooooooorme.

Volvimos sobre nuestros pasos y fuimos a por una tarta de chocolate para compensar a Ludovica por los siguientes días y paramos a merendar. Los míos son los navideños.

Ya de vuelta, Ludovica nos llevó a cenar a un lugar llamado Picalagartos, donde mi primo empezó a sentirse realmente cómodo en Madrid. Pero eso es otra historia.

6 comentarios:

amelche dijo...

El Dunkin Donuts lo descubrí en Irlanda del Norte en el curso 97-98. Pusieron varias franquicias que luego, no sé por qué, fracasaron y ahora creo que no queda ninguna.

Ludovica dijo...

no kiero adelantar acontecimientos pero lo ke nos hemos llegado a reir en casa de: "Pues hago un largo, luego otro y ahhh ahhh"
jajajaj qué grande!!

María dijo...

Yo lo descubrí en una excursión que hicimos a Madrid con la universidad en marzo de 2006. El año pasado salió en el periódico que iban a montar uno en Murcia pero ya no se supo más.
Ludovica, tienes vía libre para adelantar acontecimientos o lo que surja, que esto va para largo!

Frodo nueve dedos dijo...

cierto es , que la puerta del sol no causo ningun sentimiento de los que me describieron , pero la cibeles y en especial el arte toledano esta dentro de mi corazón por siempre .

María dijo...

Bueno, lo importante es que recuerdes lo que te gustó.

Manolo dijo...

Uoo yo estuve en Madrid en septiembre y me gusta mucho ir, cuando tengo tiempo y dinero, claro jejeje sobre todo aprovechar para ir al teatro y/o musicales jejeje La Puerta del Sol estoy contigo en que tiene algo especial y... ¿el Prado en media hora? madre mía, asi no daría tiempo ni a diferenciar "Las hilanderas de Velázquez" de "Aquelarre" de Goya jajajaja