miércoles, abril 11, 2007

Vacaciones en Roma Cap.5


Capítulo 5.La Fontana di Trevi sí que está al volver de una esquina.


Toda mi vida había pensado que la Fontana estaba en una plaza enoooooooorme, soleada, llena de palomas y heladerías, no sé por qué. Debe de ser otra de las imágenes esas que se crean en mi cabeza y que al final termino creyéndome. Ésta en particular, tal vez vino de la mano de la peli de William Wyler.


Total, que antes de irme, mi madre y mi tía se encargaron de "bajarme de la burra" y me dijeron que era una plaza muy pequeña y que me iba a desilusionar. Hay veces que la gente me cuenta cosas y me entran por un oído y me salen por otro. No es culpa mía, de verdad, no lo hago aposta, es algo que me pasa desde siempre: mi cabeza selecciona lo que quiero oír. Lo que quiero decir con esto es que no me importó en absoluto, no que no les hiciera caso, ¿qué más daba que la plaza fuera pequeña?


La primera vez que pisé terrenos de Trevi tenía el corazón allá por la punta de la lengua por culpa del puñetero taxista temerario, y lo primero que iba a hacer era besar el suelo bajo mis pies, pero por suerte el peso y el volumen de las maletas no me lo permitieron. Digo por suerte, porque si se me hubiera ocurrido agacharme, podría haber muerto aplastada por las cientos y cientos de personas que se apretujaban a la vuelta de la esquina. Esto sí que era una esquina.


El tamaño de la plaza no me importó lo más mínimo, tal y como había sospechado, pero casi no podía ver la fuente, de toda la gente que había, y eso sí que me fastidió bastante, porque no sabía cuántas oportunidades iba a tener de volver.


Dice la tradición que tienes que echar una moneda al agua para asegurarte volver a Roma en el futuro; después de 10 minutos luchando con la maleta y con la gente, después del clave del taxi y sin tener idea de llegar al hotel, de lo último que tenía ganas era de volver, así que preferí dejar las moneditas donde estaban.


Como después de todo las cosas no son nunca tan horribles como parecen, dos días más tarde regresé y había como la mitad de gente. Gente, que no me impidió perderme entre ella para poder disfrutar de más rato de la maravilla que tenía ante mis ojos, porque necesitaba soledad aunque fueran dos minutos. Esta vez caían unas gotillas de lluvia y todavía tenía la manga del jersey mojada de un par de horas antes, así que tenía frío... pero eso no me importaba NADA.


Al rato me encontró Silvia:-¿Dónde te habías metido?

-Nada, aquí, que unos turistas querían que les hiciese una foto.

-Vámonos, ¿has tirado tu moneda ya?

La tiré y le pedí que me echara una foto, de recuerdo de cuando me enamoré de la Fontana di Trevi.

Cuando nos íbamos me volvió a preguntar por la moneda.

-Sí, una de 20 céntimos.

-¿Tanto?

-Sí, es que apuesto fuerte por la próxima vez :P

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Coincido contigo plenamente, la historia de la moneda continúa según nos dijo un italiano de por allí. Tiras una moneda y al año siguiente volverás a Trevi, si tiras otra tu amor será italiano -en tu caso-. Seguramente haya muchas leyendas, el caso es tirar la p. moneda al agua jajajaja!! Tiene mucha historia esa bella fuente, todo el dinero recogido de la fuente va para una ONG que se encarga de atender mendigos (no sabes la cantidad de dinero que sacan).

También hay que tener mucho cuidado con los robos, especialmente en la Fontana di Trevi, por suerte nosotros no tuvimos ningún problema de ese tipo.

Y luego está la historia de la fuente con los tritones luchando... bellísima!!

Besos,
Luis

amelche dijo...

Bueno, pues habrá que ir.

Anónimo dijo...

Se me olvidaba, un lujo que no puedes haber dejado escapar es ver la fuente por la noche, es espectacular!

María dijo...

Luis, me conformo con volver, aunque no sea el año que viene, porque no pude verla de noche por problemas con el transporte. Y lo de los robos, es algo que todavía hoy me cuesta trabajo creer: ni nos robaron, ni perdimos ninguna maleta!! Increíble.
Amelche, CLARO que tendrás que ir, en cuanto te pongas bien.

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ludovica dijo...

Marieta, siento decirte que el año que viene te secuestro y te vienes conmigo al caribe y no me valen excusas del tipo: no me gusta la playa, odio el sol, odio la arena, etc etc etc, que nos conocemos!! Así que ves estalviant...

Anónimo dijo...

Ahí estamos, Ludovica tiene razón !! Ya has visto Roma, ahora te toca playa y todas las delicias que dijo Ludovica en el otro mensaje.

Besos,
Luis

María dijo...

Ludovica, pues si me toca la lotería o mejor, tengo trabajo, no te digo que no; pero de todas formas, ya sabes que soy más de ciudad, me encanta pisar aceras, qué le vamos a hacer!

Luis, tú te olvidas de que tengo playa todo el año; no me hace falta recorrer medio mundo para ir. Si lo hiciera, preferiría ir a Nueva York, Boston...

Anónimo dijo...

Jeje, ya sé que tienes playa! Pero no encontrarás la belleza de las playas paradisíacas de Punta Cana en ningún lugar de España. Si cruzas el charco y no vas a la Argentina (error) te recomiendo Nueva York... quieres aceras? Toooma aceras jaja!

Saludos,
Luis

Lena dijo...

Tiré cinco pesetas cuando tenía 17 años...va a ser que por eso aún no he conseguido regresar a Roma; no tenía que haber sido tan "rata" y tenía que haber tirado a la Fontana al menos cinco duros!!!!
A mi lo de que estuviera a la "vuelta de la esquina" también me dejó un poco perpleja...
Y coincido con Luis, la Fontana de noche....es algo casi mágico :))
Saludos,
Lena.

xnem dijo...

Eso te pasa por imaginar, yo hasta que no llego no me hago una composición de lugar, el lo que llamo el “contracampo”, has visto que la Fontana es eso, la fuente de la esquina de un tamaño especial. King Size diría un americano.
De todas maneras a mi no me desilusionó al contrario, me pareció una locura genial, una de mis mejores fotos de Roma la hice ahí, ya te la mandaré.

No recuerdas a Marcello buscando leche para el gato y la mis suecia Anita Ekberg dentro del agua? No viste “La Dolce Vita”?

Nono dijo...

Fuiste tan generosa como yo echando la moneda. Por cierto, ¿sabes cuánto dinero se recauda en la fuentecita? Nada menos que 15.000 euros... ¡a la semana!