jueves, abril 29, 2010

Estoy por aquí...

Sólo me paso por aquí para dar señales de vida. Esta semana y la que viene voy a estar bastante ocupada con cuestiones de logística para una macrofiesta que estoy preparando para las Bodas de Plata de mis padres.
También estoy haciendo un curso de Producción y gestión de contenidos audiovisuales, y he plantado unas calabazas.
¡Volveré cuando tenga un rato!

miércoles, abril 21, 2010

Galería de "arte" XIII



Uno de mis barrios preferidos de Murcia es el de San Pedro. No sé por qué, pero me gusta. Tal vez sea porque conserva algo de la sustancia de una Murcia pasada, de la historia, de la tradición. Cualquiera sabe; a lo mejor en otra vida viví allí, en el edificio amarillo, ante el que nunca puedo evitar pararme. Este barrio tiene además una de las procesiones más bonitas de la Semana Santa en la capital.

Un día iba con mi hermana por la calle y pasó el grupo de nazarenos que, en representación de la cofradía, anuncian la procesión e invitan a todo el mundo a ir, y nos dieron una tarjetita con una acuarela del Cristo de la Esperanza. Como hacía mucho que no pintaba nada, hice mi propia versión (igual que siempre, la foto no se ve bien; es más oscuro). También me pareció una buena oportunidad para empezar a pintar personas.

El Santísimo Cristo de la Esperanza, que es como se llama, es el titular de la cofradía, y es obra de Salzillo (1755). Pesa 1.240 kilos y lo llevan 34 nazarenos. La principal diferencia con otros cristos es que, en lugar de mirar hacia la gente, lo hace hacia arriba.

lunes, abril 12, 2010

Después de las vacaciones...

Ahora que por fin ha pasado todo el resacón de las fiestas, ha llegado el momento de retomar los buenos hábitos, de volver a la vida normal.
Aunque siempre es domingo para mí, como decía aquella canción de Gelu, dos semanas de fiesta son unas vacaciones obligadas, que me tengo que tomar aunque me venga francamente mal.
Pero al margen de eso, no han estado tan mal:
La primera semana me vi casi todas las procesiones, lo que conllevó una subida de azúcar tremenda, un desgaste físico importante (muchas horas de pie), y unas fotos muy bonitas.
La segunda semana, la de las Fiestas de Primavera, sí que ha sido decepcionante. Quitando el Bando de la Huerta, por supuesto.
El día del Bando descubrí que mi verdadera vocación en la vida es ir paseando por Murcia montada en una carroza. Ojo, subida en una carroza por la mañana, porque el momento del Bando, propiamente dicho, es demasiado estresante como para ser la vocación de nadie.
Para los de fuera, diré que el Bando es un desfile en el que se pretende mostrar tradiciones, labores y demás, típicas de la huerta. Después de los señores que labran, las mulas, los gusanos de seda, las reinas de la huerta, las señoras del bolillo y todo eso, vinen unas carrozas desde las que se reparte comida y bebida al público.
Desde dentro es completamente terrorífico.
Pasé una tercera parte del desfile escondida, aun a riesgo de manchar mi refajo. Cuando los cobardes conseguimos reunir valor, volvimos a asomarnos y a repartir salchichas, longaniza, morcillas, pan con sobrasada, vino, tostones, habas, patatas con ajo... cuando le coges el tranquillo es divertido.
La pena es que no llevábamos mucha comida para un recorrido tan largo y no podíamos dar todo lo que nos pedían hasta la Gran Vía que, como todo el mundo sabe, está la tele y es cuando estábamos autorizados a tirarnos a nosotros mismo si queríamos.
Estuvo bien; es una buena forma de vivir el Bando.