domingo, agosto 31, 2008

Carta desde aquí nº9

La Torre, 29 de julio (bis)

Queridos todos:
Ahora mismo empiezo a hacer las maletas, así que cuando leáis esto ya estaré en mi casa. Por fin se acaba el mes, y llegan las despedidas, los reencuentros, el contar anécdotas y enseñar las fotos del verano… y hacer y deshacer el equipaje.
Llegado a este punto es cuando me pregunto: ¿de verdad me hacían falta los seis pares de zapatos? ¿Y todos esos libros y apuntes? ¿Para qué me traje la guitarra? ¡¡Ni siquiera ha salido de la funda!! La armónica sí que la he sacado bastante pero, ¿por qué traje las dos? ¿Y las pinturas? ¡Si no compré ningún lienzo! ¿Todo esto va a caber en el coche?
De entrada, la guitarra y el maletín de las pinturas se van a quedar aquí una semana más; es lo que tiene vivir tan cerca, que dejo aquí lo que quiera, limpio allí la habitación cuando llegue, y me vuelvo a llevar los enredos cuando me venga bien. Dios mío, qué pereza!!!
Bueno, hasta aquí llega mi última carta. Me voy a recoger, que como vuelvan mis padres y vean todo tirado en la cama, me la gano. Bye!
Pdt.: Otro libro listo para comentar: Nieve en Venecia.
María.

Carta desde aquí nº8

La Torre, 22 de julio (bis)

Queridos:
Fui a la biblioteca, sí, pero, para variar, no funcionaba internet. Además, tampoco pude traerme el libro porque la bibliotecaria estaba vete a saber dónde, y después de esperar veinte minutos me fui.
La ladrona de libros está muy bien; es como El niño del pijama de rayas, pero bueno. O sea, que no se parece en nada.
He dejado el alemán, al menos hasta que vuelva a Murcia, porque ya me aprendí todo lo que había en el libro. “Volver a Murcia”, ¡¡qué ganas tengo!! La verdad es que allí vivo estupendamente. Menos mal que en una semana estoy allí.
El otro día me trajeron dos postales que tenía allí en el buzón (ya van tres); una de Amelche, que está en los Alpes, y le está lloviendo; la otra, de Xnem, que está en Dublín donde también llueve y hace frío. ¡¡Pero qué morro los dos!! Aquí está nublado pero no llueve, así que es peor, porque al mediodía hace mucha fosca. Pero por las noches duermo tapada, así que no me quejo. De lo que sí me quejo es de los puñeteros mosquitos, que me han picado en dos días todo lo que no me habían picado en todo el verano.
En fin, que voy a intentar una vez más conectarme y, si no se puede, ya abandono hasta que vuelva a mi casa.
María. 10:35

Carta desde aquí nº7

La Torre, 14 de agosto (bis)

Queridos todos:
Si tuviera que describir todos estos días con una sola palabra, sin duda sería “accidentados”.
Primero me cayó una lata de Spirit de limón en el pie derecho, y estuve varios días sin poder andar bien. Luego me quedé clavada en un cactus gigante que tenemos al pie de la escalera del porche. Ya he dicho mil veces que está en mal sitio, pero nada, ni caso. Lo peor es que mi hermana me estaba grabando en vídeo cuando pasó, así que mi dolor del momento ha quedado registrado para siempre. Después hizo un poco de aire una mañana en la playa, y la sombrilla me golpeó en la frente y me salió un chichón. También me quemé con la plancha de asar en la mano izquierda, y ahora tengo una cicatriz horrible. Espero que se vaya pronto.
Todo esto, además de varias migrañas y una infección en la boca que me tuvo con dolores y de mala leche al menos tres días completos, se suma a la última: un bocado del perro en el pie izquierdo, que escuece horrores cada vez que me meto en el agua salada.
Ya casi he terminado La ladrona de libros, así que voy a la biblioteca ahora mismo a coger Jane Eyre ya de una vez por todas. Apenas he tocado los libros que me traje de teoría de la comunicación, pero estoy aprendiendo algo de alemán, así que algo es algo.
Bueno, corto y cierro, que mi hermana me está metiendo prisa. Auf Wiedersehen!
María. 17:37

jueves, agosto 07, 2008

Carta desde aquí nº6

La Torre, 6 de julio (bis)

Jelouuu:
¿Cómo van las cosas? Acabo de volver de El Pilar y Internet sigue sin funcionar, así que esta tarde reanudaré la búsqueda del cibercafé perdido.
Ayer terminé Persuasión y empecé con La ladrona de libros. Persuasión sí que se merece un post para él sólo, pero será otro día, porque las cartas se están alargando demasiado.
Son las 10 y 22 de la mañana y enseguida nos vamos a bajar a la playa. ¿Qué pasará hoy? El otro día, en Cabo Roig, me mordió un pez en el culo, antes de ayer una ola se llevó la parte de arriba de mi bikini y anoche, a la una menos veinte, tuvimos un terremoto.
Hala, me voy.

Carta desde aquí nº5

El Pilar, 4 de julio (bis)

Hola:
Cagüenlaleche. Sigo sin poder conectarme. Jop. Digo, stop. Hoy he venido a hacerme el carnet, vamos, que me lo están haciendo y por eso no me he ido ya. Stop. Hay mucha gente, así que estoy en la sala de los niños sentada casi a ras del suelo. Stop.
La gente aquí es muy silenciosa. Es muy molesto. Stop. Voy a dejar de teclear porque creo que se están poniendo nerviosos.
María. 18:15
Pdt: 23:57 Pues es que internet no funcionaba, no era mi ordenador, así que por un lado bien, pero por otro me fastidia porque ahora tengo que buscar otro sitio para mirar el correo, porque las directoras de mi tesina se van a creer que paso de ellas.
Ayer me terminé Sexo en Nueva York, así que ya estoy dedicada por completo a Persuasión. Yo creo que mañana o pasado cae, y entonces volveré a la biblio a buscar Jane Eyre.
Hasta otra!!

Carta desde aquí nº4

El Pilar, 1 de julio (bis) de 2008


Querida gente:
Os estaréis preguntando qué narices es eso de julio bis. Pues bien, en más de una ocasión (y de cien) he manifestado mi deseo de que agosto desapareciera del calendario. ¿Y por qué no? Vivir aislada socialmente hace que puedas permitirte ese tipo de barbaridades, así que hoy comienza oficialmente el mes de julio bis.
Hoy os escribo desde la biblioteca. Había venido para publicar la carta de ayer pero no sé por qué, no va el servidor, así que nada. En condiciones normales me iría a mi casa y punto, pero tengo que esperar a que me recoja mi madre, que está en la Calle Mayor quejándose del horno nuevo. Así que nada, aquí, a hacer tiempo.
Tenía previsto hablar con la bibliotecaria para preguntarle cómo hacerme socia para poder llevarme Jane Eyre a mi casa (que ni siquiera sé si está), pero he pensado que mejor me quedo calladita y sin hacer mucho ruido. ¿Qué por qué?
Hoy es viernes, y recordad que los viernes por la tarde hay mercado. Pues bien, hay un puesto de patatas fritas que siempre se pone en la esquina de la biblio. Lleva un generador muy ruidoso, así que pone la música un poco alta. Hoy tocaba Chambao. Pues resulta que hay un señor, que es la primera vez que lo veo por aquí, y que va por el principio de un libro bastante gordo de Derecho (o sea, que empieza ahora las “vacaciones”), que ha salido a la calle a discutir con el de las patatas. Además, también ha compartido unas palabras con unos tíos que había sentados en la ventana y que estaban hablando todo el rato. No sé qué les habrá dicho porque a través de la cortina los veo pero no leo los labios, pero el caso es que se han ido y que la música ha desaparecido. Así que como el señor es un armario de tres puertas, la menda se va a estar callada esta tarde.


María. 19:20

Carta desde aquí nº3

Hola!! No era mi intención colgar cuatro cartas de golpe, pero es que he estado unos días fuera de red. Así que esta mañana, como estaba esperando un correo súper importante (que por cierto no me ha llegado), me he levantado a las 5 y media para venir a Murcia con mi madre (que venía a trabajar). Así que ahí van:
Pdt.: Muchos saludos a todos. X, gracias por la postal de NY; Manolo, espero esos vídeos!!; amelche, entonces vamos a Amaral en octubre?; Ludovica, contigo ya hablaré.


La Torre, 31 de julio de 2008

Queridos todos:
Las cosas aquí siguen como siempre. De vez en cuando pierdo la noción del tiempo pero suelo recuperarla pronto. De todas formas, tampoco importa tanto saber qué día es. Todavía me queda aquí demasiado tiempo para preocuparme por eso.
El sábado fue el santo de mi hermana pero, como trabajaba, lo celebramos el domingo. Vinieron mis tíos, mis primos, mi abuela y una amiga de mi abuela, pero para mí el día fue tan calamitoso como todos los años. Pero esa es otra historia.
El martes hice una visita relámpago a Murcia para recoger el permiso de conducir de mi hermana, así que aproveché para visitar un par de centros comerciales y comprar algunas cosas de primera necesidad: un sintonizador de tv para mi ordenador, la caja de Gato negro/Dragón rojo, y el libro de Sexo en Nueva York. En realidad iba buscando otro libro, que costaba como seis de éste, pero como no estaba, me di una vuelta por el Fnac y me lo encontré. ¡Cómo me gusta la globalización! En otro tiempo habría sido casi imposible encontrar un ejemplar, a pesar de que se edita en España desde hace siete años.
Mi tía nos invitó a comer, así que mi hermana cogió el coche desde la Nueva Condomina hasta su casa. Tengo que decir que ahora estoy mucho más segura de que no me voy a morir nunca. Superado ese viaje… superados todos. Una de dos: pasará mucho tiempo hasta que vuelva a subirme con ella, o me tendrá que dar mucho dinero. Pero por las buenas… ¡nop!
Por fin terminé (el sábado, creo) con La vieja sirena, de Sampedro (otro día os cuento), y nada más cerrarlo fui corriendo a la estantería a por otro, El cuento número trece, de Diane Setterfield, que lo acabo de terminar. Me ha gustado. He tomado algunas notas y volveré más adelante a él. Además, en algún momento de mi vida lo leeré otra vez porque quiero comprobar una cosa. Sólo hay una cosilla que no entiendo: catorce ediciones de un libro, y todavía se cuelan al menos tres fallos de tildes, dos de menos y una de más. No soy tan tiquismiquis como para que me quiten el sueño las dos primeras, pero la tilde de más cambia todo el sentido a una frase y me ha hecho volver atrás para enterarme de lo que ponía. Pero el libro está bien, seguro que os gusta.
¿Sabéis qué? Iba a ir ahora mismo a El Pilar, a la biblioteca, pero hace demasiado calor. Mañana, que terminan mis vacaciones, iré. 18:24h
María.