lunes, septiembre 27, 2010

Otra vez a empezar


Como hoy es lunes, me ha parecido buen día para retomar el blog. Además, hoy también es el día que he empezado a salir a correr, y como todos sabemos que abandono la mitad de las cosas que empiezo...

En fin. Este último mes y pico ha estado bien. He hecho un montón de cosas (aunque siempre menos de las que me gustaría), he estado de feria, fui a un concierto de El Consorcio (y sus teloneros, un grupo de rock tocaron Jingle Bell Rock!!), salí con If y V, paseé en barca por el río y toqué la sardina gigante, estuve media hora en Madrid, me he fundido (no sé cómo ni en qué) medio sueldo de las dos semanas que estuve trabajando...


Entre medias me han pasado un montón de cosas raras. Por ejemplo, el otro día, parada en un cruce, una mujer que empujaba una silla de ruedas y que esperaba a que se pusiera en verde para cruzar a mi lado, me miraba fijamente. De pronto, la veo que se escarba en el bolso, saca el móvil... ¡y me hace una foto! ¿cómo te quedas? Mueeeerrrrrta.
Al día siguiente, en el mismo cruce, una mujer va y le da una patada al bolso de la mujer que andaba por delante de ella.
Y otro día, pasó un hombre con dos borregos muertos. Ya no podré superar el trauma de la muerte de Norit. Y los niños que había a mi lado tampoco.


También está el primero de los dos días que fui a la feria. Estábamos mi primo y yo subidos a la noria con otras dos chicas que no conocíamos, y comentando que iba demasiado despacio. A las dos vueltas, la noria empieza a coger velocidad, y entonces comentamos que se estaba muy bien, porque sólo daba un poquillo de impresión justo cuando empiezas a bajar (la noria que ponen en Murcia es la más alta de España).

Y entonces digo yo: -Si esto no da miedo; lo aterrador sería que empezara a dar vueltas muy rápida. O peor, que se quedara parada estando nosotros arriba (lo típico que se comenta en la noria).
En un momento, aquello era un viaje típico-tópico-idílico de feria: la música, el aire dándonos en la cara, la ciudad iluminada, un castillo de fuegos artificiales justo encima de nosotros... Y de pronto... chiuuuuuu. Se va la luz de la noria. Nosotros arriba (en un reloj, serían las y cinco), la gente que hay en el suelo empieza a gritar, el resto de la feria sigue con su castillo, su música, su todo, y yo pensando: -Bien, así es como voy a morir, atrapada en la noria.
Supongo que estuvimos sin luz medio minuto pero se me hizo largo, muy largo; los cuatro agarrados a la verja, respirando suave para no mover el columpio.
En fin, el año que viene más.

5 comentarios:

María dijo...

JAJAJA es muy nueno tocaya.
No has contado que ayer hiciste de secretaria perfecta, muchas gracias por lo de ayer y por esa sonrisa que has sacado de mi boca.

Un besillo

amelche dijo...

A ti te gusta vivir al límite: psicópatas callejeros que te hacen fotos, quedarte atrapada en una noria... En fin, menos mal que has vuelto y no te ha secuestrado una tribu de Tombuctú que pasaba por ese cruce fatídico a la misma hora y en el mismo minuto que tú.

if dijo...

A este paso no llegas al año que viene.

¿Y no le preguntaste a la señora de la foto? ¿Te habrá colgado en Flickr? Lo de la patada también es curioso pero creo que cosas de esas veríamos todos todos los días sólo con fijarnos un poco.

¿Seguro que la noria se paro a y cinco y no a menos cinco?

María dijo...

If, estoy totalmente segura de que se paró a y cinco :P
Amelche, es que la vida es una aventura...
María, es verdad que no puse lo de secretaria (aunque no sé yo si perfecta...). ¿Cómo te va con el libro? ¿Has copiado ya todos los poemas?

María dijo...

Hola preciosa. En estos momentos estoy con el 40.
He tenido unos días chungos.
Gracias y besos