lunes, mayo 15, 2006

Reflexión en un momento de enfado y muchísimo dolor de cabeza

Antes de nada, son las 20:25 y acabo de llegar a mi casa después de un día entero de clase y mucho calor. La cabeza me va a estallar de un momento a otro y además este comentario no tiene nada que ver con la temática del blog. Pero el blog es mío y necesito contarlo en él, ya que poco más puedo hacer esta tarde.

Hace unos meses hice una entrevista a un personaje de la televisión y me pusieron un 9. La profesora me la pidió para colgarla en un blog que tiene con otros dos profesores pero yo no se la di. La ha publicado. Me da igual; disfruté haciéndola y me gustaría que la gente lo hiciera al leerla. Pero durante una revisión de examen le conté a esta profesora algo que decidí no poner en la entrevista, algo que decidí guardarme para mí porque era mío. Yo hice las llamadas, yo me pagué el billete del tren, yo me chupé las infinitas horas de viaje y yo me busqué la vida cuando llegué allí sin saber absolutamente nada de lo que tenía que hacer. Yo me guardé un detalle que hizo mío aquel encuentro. Cometí la estupidez de charlar con mi profesora y comentar aquello que me pareció maravilloso. Ella lo cogió tal cual y lo utilizó. Hoy, cuando lleva tres meses publicado, me he enterado por una compañera que no va a mi clase. Hoy, después de un día agotador, me he sentido utilizada.
Ahora yo me pregunto:

¿Por qué algunos periodistas no tienen nigún reparo en aprovecharse de la gente con tal de sacar algo en su propio beneficio?
¿Por qué no pueden comportarse por una vez como personas con las que se está manteniendo una conversación?
Si tú decides no contar algo, ¿qué autoridad se creen que tienen para hacerlo ellos?

10 comentarios:

if dijo...

Nunca confíes en un profesor.

María dijo...

Jajaja. Gracias If. Desde luego, lo tendré en cuenta.

Anónimo dijo...

En esta vida no te puedes fiar de nadie. Lo que tienes que hacer es defender lo que te pertenece. Te mando todo mi apoyo. Besos guapa.

Anónimo dijo...

Pues bienvenida al mundo real. Estás en la Universidad y la Universidad es la vida. Competición pura y dura. Tu profesora te ha enseñado lo que es ser periodista. Ella no te ha traicionado. Simplemente tú eres indiscreta.
Animo y adelante

amelche dijo...

Buenas, venía a devolverte la visita que me hiciste el otro día. Creo que, como mínimo, debería haberte pedido permiso antes de publicar nada y que tu nombre saliera también publicado. Y, además, no contar cosas que tú no pensabas contar. Pero bueno, cada uno tiene su ética y responde ante su conciencia, a lo mejor yo soy demasiado honrada.

IF: De algunos profesores te puedes fíar, aunque sean profesores. Por ejemplo, de mí. :-)

Anónimo dijo...

Aun a mis 43 años me sigue admirando lo rastrera que puede ser la gente que no tiene nada que contar y por eso se apropia de las vivencias ajenas, sean buenas o malas.
Bien, otra te diría que la mayoria de la gente es como tu profesora, pero lo cierto es que hay otro montón que nunca lo hubieran publicado.
Espero que te tropieces los más personas de las segundas, y que a la próxima no le cuentes a esta persona nada que te importe de verdad.

QB dijo...

María coincido contigo que cosas así provocan que uno odie al periodismo en general.

La palabra trepa está a la orden del día. Y yo te podría contar casos bestiales. Hasta perdí un trabajo por un trepa, me lo confesó mi jefe a los meses.

En el periodismo no solo hay gentuza, hay buena gente, también la he conocido, aunque brilla por su ausencia.

Yo de ti iba a la profesora y LE PEGABA UNA EXPLICADA que su apellido se quedaba en GARBANZO en vez del que tiene.

Nunca me ha dado clase pero el tufo a trepa que uno intuía era insoportable. Además siempre encontré a gente de la profesión que me hablaba cosas malas de ella. Y encima va de flipada diciendo que no está de acuerdo con Quintero... ya quisiera ella llegarle a la suela de los zapatos a Quintero.

Utiliza el periodismo para ti. Si no lo ejerces no pasa nada, puedes ser tu propia periodista de ti misma.

No dejes que la gente te viole de esa manera. Actúa y defiéndete.

María dijo...

Gracias Quique, tú siempre tan directo.
Que conste que no menciono en ningún momento el nombre de la profesora pero por algo será que la has identificado rápidamente.

Pero la verdad es que he dejado pasar unos días para no decir cosas de las que luego me arrepienta (contar hasta 50 hace años que no me funciona) y el "trago" se está pasando. De ninguna menera quiero dejar que se me pase del todo porque nada más faltaba que me traicionara yo también, pero necesitaba tomar una perspectiva nueva del tema con la cabeza ya en su sitio.

Lo digo porque mucha gente me ha preguntado que si cómo fue, que si qué pasó, que si hubo gritos... Mi intención en ningún momento era la de armar bulla; sólo necesitaba que se me respetara, y me quejaré, pero con buenas palabras, porque de otra manera me rebajaría hasta encontrarme con ella.

Leo García-Jiménez dijo...

María:

Estás en tu pleno derecho de cabrearte y todo lo que quieras, pero estoy convencida de que la profesora que desveló lo que tú quisiste que quedara en la sombra, en ningún momento fue consciente de estar "metiendo la pata" contigo.

Mira, en alguna ocasión he escrito algo sobre esto, pero a veces las palabras "maltratan" sin querer, hieren sin buscarlo y dañan el alma del que nos atiende. Porque somos humanos, desgraciadamente fracasan nuestros procesos comunicativos debido a la falta de entendimiento.

Y en este punto es en el que estoy convencida de que ella no te entendió.

Espero que tú también sepas comprenderlo.

Bueno, sólo quería decirte esto.

Bye!

Leo

María dijo...

Por supuesto Leo, si en realidad parece más de lo que en realidad es. Fue más que nada el punto culminante de un día horrible y, como últimamente tengo muchos, he aprendido que en realidad no es para tanto. En este caso concreto, pues han pasado ya un montón de días y todavía no he hablado con ella. Se me hace muy cuesta arriba y ningún momento parece ser el apropiado, especialmente porque es una persona con la que es imposible comunicarse. Lo único que tengo que decirle es que estaría bien que hiciera el favor de cambiar la introducción, sin enfadarme ni nada, y sin que ella se lo tome a mal, pero es que esto que con cualquier otra persona sería lo más fácil del mundo, con esta en concreto es... sencillamente imposible.

Muchas gracias.