Como era mi primer viaje en solitario por carretera, aproveché para hacer turismo y estrenar ese maravilloso libro de viajes que llevaba años pasando de un estante a otro. La cursiva es lo que escribí.
2 de febrero de 2010
8:45 GPS conectado. ¡Salimos!
8:45 GPS conectado. ¡Salimos!
Todo esto después de esperar casi media hora a que algún vecino pasara por el garaje, porque mi padre había olvidado la llave de la puerta en el otro juego de llaves.
10:42 Entre dos aguas me ha traído hasta Vélez Rubio. Callejeo en coche (horrible, ¡qué estrecho!), un par de fotos, café en el bar Cortezas, 4’5 grados. Callejeo en busca del coche (¿dónde lo puse?).
Vélez Rubio es un pueblo muy bonito que hay a unos 100 kilómetros de Murcia, coronado por una iglesia gemela de la del Monasterio de los Jerónimos. Cuando íbamos y veníamos de Jaén el año pasado, siempre pedía parar a visitarlo, pero no paramos ni una sola vez, porque mis padres nunca se desvían de los caminos pactados. Pero yo siempre voy picoteando de todas partes.
11:46 Mini parada para pegar un bocado del sándwich en Baza, con nieve alrededor.
13:02 Parada enfrente de Chenchina, con un montón de nieve al fondo.
A eso de las tres y media llegué a Málaga, sin hacer una parada en Loja porque estaba completamente aterrada (aunque el verdadero terror lo experimentaría unos días más tarde, a la vuelta, pero eso es otra historia). Cuando uno piensa en Málaga se imagina un sitio plano (claro, ¡si está en la playa!), pero para llegar hasta ahí hay que atravesar unas montañas muy chungas, que bajas con el coche con pendientes de 6 ó 7% durante varios kilómetros seguidos. Para alguien de Murcia capital, un sitio cuya rampa más pronunciada es la del aparcamiento de El Corte Inglés, esos kilómetros, viendo Loja al fondo de un barranco, son de los peores de su vida.
Llegué a la ciudad, aparqué, arrastré mi equipaje algunas calles, me perdí, volví al párking, me acerqué algún kilómetro más al hotel, aparqué otra vez, arrastré todo mi equipaje…
17:20 Hace ya media hora que tenía que haber ido al parkímetro; espero que no me hayan multado. Voy a buscar la Universidad.
La busqué y la encontré, volví, conduje una hora hasta poder volver a aparcar, y me fui a ver Málaga. Y entonces encontré un lugar donde todo el mundo conocía mi nombre…
La busqué y la encontré, volví, conduje una hora hasta poder volver a aparcar, y me fui a ver Málaga. Y entonces encontré un lugar donde todo el mundo conocía mi nombre…
9 comentarios:
esto es como mi camino santiago pero en coche!!!! jejeje
Será mucho más corto, ya verás; mi viaje no ha dado para tantas aventuras...
Hola María,
¿qué tal fue el congreso?
HOla Mar.El congreso muy bien, ya iré contando más cosas. Pero se echó muy en falta a la gente de la UCAM!!!!
Te escribo desde Málaga capital (sin coñas, es verdad), estoy en casa de una amiga. Yo ayer sí bajé a Loja, con el autobús, que hizo allí una parada. No vi mucho del pueblo porque paró a las afueras a recoger gente en un bar. No te aconsejo la bajada, ni la subida...
Mira qué casualidad!! Jejeje. Tranquila, no bajaré ni subiré; por lo menos en un tiempo...
¡en solitario!
ummmh! entonces es un viaje iniciático, como casi todos, es decir se vuelve diferente de cuando uno partió.
Le puse foto especial en mi blog, ya sabe.
Diferente... puede ser; pero muchas de las diferencias que adoptamos en los viajes se desvanecen con el paso de los días.
Vi la foto ;-)
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