sábado, febrero 02, 2008

Una intrusa entre investigadores


Hace algo más de un mes, vi el anuncio de un congreso en el Portal de la Comunicación, y decidí apuntarme; si el congreso no estaba bien, al menos saldría de viaje.
En aquel momento no era consciente de la enorme importancia de este acontecimiento. De hecho, creo que muchos de los que fueron no se esperaban tanto éxito.

Yo allí era realmente una intrusa: no presentaba ninguna comunicación, no soy profesora, ni investigadora, ni nada de nada. Sólo he ido tres días a los cursos de posgrado.
Ser una intrusa no era del todo un inconveniente, ni mucho menos. Me permitió observar todo desde una perspectiva que muchos ya querrían. No tenía nada que perder, pero todo por ganar.
Sabía que estaba rodeada de toda esa gente que ha aparecido en los apuntes durante la carrera, pero de vista conocía a muy pocos. Así pude hablar con ellos con toda la inocencia y libertad del mundo (algo que no estoy segura de que fuera bien recibido, pero nadie dio muestras de que eso le molestara).
Mi decisión de asistir al congreso fue muy aplaudida por alguna gente, algo que finalmente terminó de convencerme de que había hecho bien en ir.

Durante estos días, he tenido la enorme oportunidad de escuchar a Enrique Bustamante, Mª Luisa Humanes, Enric Saperas, Rosa Berganza, Manuel Martínez Nicolás, Manuel Martín Algarra, Juan José Igartua, Jesús Timoteo Álvarez, Marta Rizo (mi momento estelar fue: "estoy segura de que he leído algo tuyo". Y es verdad que lo he hecho, pero no recordaba el nombre del artículo), Esteban López Escobar, Rodrigo Alsina,Teresa La Porte, Leonarda García... y otro montón de grandes (unos más que otros) de la investigación.

También he conocido a muchos profesores de las universidades de alrededor (que nunca viene mal), y he vuelto a mi casa con dos tarjetas de visita, que por lo visto es costumbre repartirlas en los congresos (tengo que enterarme de eso).

También me ha servido para hacer importantes reflexiones sobre el inmenso proyecto en el que me acabo de embarcar: he empezado un embarazo de 4 años:
Hay tres preguntas que una mujer embarazada escucha hasta la saciedad durante los primeros meses, que es precisamente cuando menos sabe de lo que le espera:
-¿Para cuándo es?
-¿Es niño o niña?
-¿Qué nombre le vas a poner?
Pues bien, hay tres preguntas que una estudiante de posgrado recibe una y otra vez durante las 24 horas del día (esté en un congreso o en la panadería):
-¿Para cuándo es?
-¿De qué va la tesis?
-¿Quién te la lleva?

A Miquel Rodrigo Alsina, que tuvo el honor de ser el primer interrogador del congreso, le expliqué que no lo sabía; a los profesores de la UMU les hablé sobre algunos temas de mi interés; al tercero, Aguado, le contesté antes de que terminara la primera pregunta: "llevo una semana, no lo sé, y no sé quién me la lleva", lo que le provocó una gran carcajada. Lugo me disculpé y le expliqué todo desde el principio. Después, opté por inventar diferentes temas de tesis según con quién estuviera hablando.

En fin, como ya llevo bastante rollo por hoy, seguiré otro día con el resto de conclusiones del congreso.

10 comentarios:

MeTis dijo...

esta bien codearse con los grandes, no aprenderas de nadie mejor que de ellos. algun dia puedes ser tu quien haga las mismas preguntas a una principiante decidida.

y santiago como anda? cuando fue quede enamorada de la cantedral y de sus calles...

besos maria

xnem dijo...

Bueno ante todo los congresos son un acontecimiento lúdico festivo de relax y conocimiento personal de nuevas amistades. Si.

Santiago de Compostela! Que lugar tan interesante!, con sus tabernas con moneditas en las paredes, su riveiro en tacitas planas, su pulpo, sus quesos de tetilla y su orujo. Me encanta un café que hay en la plaza de atrás de la catedral, con una vidriera modernista que da a la plaza y sus bares de “brujas” por allí arriba. Bueno “meigas”. Ya contarás.

4 años para hacer una tesis, pensaba que eran dos.

if dijo...

Sigues igual de genial que siempre.
He estado desaparecida y aún lo estoy a medias pero más o menos estoy volviendo.

Y tu momento estelar... jajaja seguro que pensaron que eras un encanto jajaja

No conozco a ninguno de esos
nombres pero si tú dices que salen en tus apuntes...

María dijo...

Metis, ojalá algún día vaya por ahí preguntando a la gente, jeje; pero todavía queda mucho para eso.
Santiago no creo que haya cambiado mucho. Sus calles siguen igual de mojadas y sus paredes igual de verdes.

X, Santiago es tan chico, que cualquier café está detrás de la catedral!
En cuanto a la tesis... no la voy a empezar hoy! primero hay que hacer otras cosas, como los cursos de posgrado.

If, me alegro de que vuelvas, ya se te echaba de menos. No sé lo que pensaría la gente, pero como para bien o para mal va a pasar mucho tiempo antes de que volvamos a encontrarnos...
En cuanto a los apuntes,sí. La mayoría salen en apuntes, otros en los libros, y otros no salen pero ojalá lo hubieran hecho.

Anónimo dijo...

Esta bueno ir interactuando según la ocación, me gustan como cuentas lo que cuentas!
por aqui me tendras
Un saludo.

María dijo...

Bienvenido, Fede!

xnem dijo...

Este café está exactamente detrás de la entrada principal, la del Pórtico de la Gloria. Ya sabes en la plaza con las escaleras hasta el lado alto. Y Santiago es mas o menos como Murcia no? Pero mucho mas bonita eso si. Y también llueve mas!

María dijo...

Iba a contestarle pero como quiero escribir un post sobre Santiago, me espero.Bye!

xnem dijo...

Oe oee oeee oeee oeee oeee

María llegó tu postal! Muchas gracias.
Mira conozco bastante bien Santiago de Compostela he ido un par de veces a trabajar y de paso, cuando volvía del periplo aquel del petróleo pestoso.

www.hidralia.com

(Ver ESPECIALES; Navidad en Costa da Morte)

Creo que en esa misma calle está el bar-restaurante con las moneditas en equilibrio en las piedras de las paredes, ahí mismo está la pequeña tienda donde compro siempre el orujo y el queso de tetilla. Esta bastante cerca de Correos y ya sabes que yo controlo siempre ese lugar en las ciudades que visito, es mas mi hotel estaba por ahí, hay un par de calles con soportales como esta, en una de las dos.
No tiene perdida, si vuelvo te mando la foto.
¿Estabas en ese hotel? El de la bandera roja?

María dijo...

Noooo, no estaba en ese hotel. Como buena estudiante que soy tuve que meterme en algo más modestito. Pero estaba a dos pasos de Correos, por donde los soportales.